De Indoor a la Arena: Mi Camino al Vóley Playa
Del indoor a la arena, esta es la historia de cómo encontré mi lugar en el vóley playa, enfrentando desafíos, creciendo junto a mi hermano y descubriendo lo que significa realmente perseguir un sueño.
Tomas Capogrosso
5/8/20243 min read
Un Inicio Lleno de Pertenencia
Mi primer recuerdo jugando al vóley es uno que todavía me hace sonreír. Era un torneo en San Carlos y, como parte de la tradición, había un "bautismo" donde los chicos se cortaban el pelo para sentirse parte del equipo. Yo era tan chico que no estaba en la lista para hacerlo, pero insistí hasta que me dejaron. Quería sentirme uno más, pertenecer. Ese momento me marcó para toda la vida. Desde el inicio, el vóley fue mucho más que un deporte: significó amistad, unión, familia. Esa sensación de pertenencia nunca desapareció, incluso cuando la vida me llevó a cambiar la cancha cubierta por la arena.
“Quería sentirme uno más, pertenecer. Ese momento me marcó para toda la vida.”
El Sueño de Destacar
Siempre soñé con llegar a lo más alto. Desde chico, me imaginaba compitiendo al máximo nivel y destacándome. Pero hubo un momento en mi carrera en indoor donde las cosas no se sentían del todo bien. Fue entonces cuando el vóley playa apareció como una opción.
Nuevos Retos en la Arena
No fue fácil. La técnica específica del vóley playa me frustraba; todo parecía distinto y complicado. Los primeros seis meses fueron una prueba constante. Aprender a moverme en la arena, lidiar con el viento, y adaptarme a una dinámica de pareja requería paciencia y compromiso. Pero, con el tiempo, entendí que este deporte es tan mental como físico.
"Entendí que este deporte es tan mental como físico."
El Rol de Nico y la Fuerza de los Sueños
Nico jugó un papel crucial en esta transición. Cuando más perdido estaba con el vóley indoor, él fue quien me aconsejó y me guió hacia el vóley playa. Al principio no sabía que terminaríamos jugando juntos, pero siempre fue mi sueño. Compartir esta experiencia con mi hermano es algo único. No muchas personas tienen la oportunidad de perseguir metas tan grandes, como los Juegos Olímpicos o los Mundiales, junto a alguien tan cercano. Claro, también tuvimos nuestras peleas y discusiones de hermanos durante los primeros entrenamientos, pero esas mismas ganas ciegas de que funcionara nos empujaron hacia adelante.
"Cada mejora, por pequeña que sea, trae una alegría inmensa"
Reflexiones Sobre el Cambio y el Crecimiento
Hoy, al mirar atrás, describiría mi evolución como progresiva. Pasé de frustrarme por cada pequeño error a entender que el crecimiento es un proceso continuo. Y eso es lo que más me llena de este deporte: cada mejora, por pequeña que sea, trae una alegría inmensa. A cualquiera que esté pensando en dar un salto similar, le diría que lo intente. Que no cierre puertas antes de abrirlas.
Si pudiera volver al momento en que decidí hacer este cambio, me diría: "Tranquilo, todo va a estar bien. Mientras entiendas que el problema no es el resto, sino cómo te enfrentas a los desafíos, siempre vas a triunfar."
El vóley playa me enseñó que los grandes cambios no son fáciles, pero siempre valen la pena. Y hoy, cada vez que entro a la cancha junto a mi hermano, sé que tomé la decisión correcta.