De Rosario al Mundo del Vóley Playa

Descubrí la inspiradora historia de Nicolás Capogrosso, desde sus primeros pasos como arquero en Newell’s Old Boys hasta convertirse en uno de los mejores jugadores de vóley playa de Argentina y del mundo.

Nicolás Capogrosso

12/19/20243 min read

a man in a white shirt and sunglasses playing beach volleyball
a man in a white shirt and sunglasses playing beach volleyball

De Rosario y el Fútbol, a un Camino Diferente

En Rosario, una ciudad donde el fútbol fluye por las calles como la sangre por las venas, donde los nombres Messi y Maradona resuenan en cada esquina, mi camino tomó una dirección diferente. Sí, arranqué en Newell's Old Boys, como tantos pibes soñando con la gloria, pero no como delantero. Yo era arquero. El fútbol siempre estuvo en mi ADN, desde mi primer respiro, recuerdo con una sonrisa. Pero jamás imaginé que ese camino me llevaría lejos del césped y directo a las arenas del vóley playa.

Lecciones del Fútbol para Otro Deporte

Gracias a Dios elegí la arena, digo ahora con una carcajada, pero en su momento fue una decisión difícil. En un país donde el vóley indoor tiene más historia, dar ese salto era todo un riesgo. Mi primer torneo de vóley playa fue junto a Seba Gómez, quien más tarde sería nuestro asistente técnico, pero en ese momento fue mi primer entrenador en el Club Sonder. Recuerdo jugar el circuito provincial en Cerrito. Fue mi primer verdadero contacto con el vóley playa. Había visto a gente jugar en La Florida, la playa donde entreno ahora, pero esto era diferente. Esto era competencia.

"El fútbol siempre estuvo en mi ADN, desde mi primer respiro."

La Gran Decisión: De la Cancha a la Arena

En 2004, mi vida giraba en torno al fútbol. Atajar me enseñó a anticipar, a reaccionar rápido, habilidades que años después descubriría esenciales en otro deporte. Pero el destino tenía otros planes. Mientras crecía, el vóley empezó a llamar mi atención, primero en su versión indoor, donde representé a Argentina en selecciones juveniles. Pero todo cambió a los 18 años. En un cruce de caminos, debía decidir entre el vóley indoor y el vóley playa.

"Gracias a Dios elegí la arena."

two boys are holding their medals in front of a banner
two boys are holding their medals in front of a banner

El Primer Gran Logro y la Inspiración en Mar del Plata

Un año después, gané mi primer campeonato nacional juvenil junto a mi compañero Tomás López, un recuerdo que todavía me arranca una sonrisa. Pero fue un momento en Mar del Plata el que realmente marcó mi futuro. Mi entrenador de entonces, Pablo Bernardi, me mostró videos de los campeones mundiales Samoilov y Smedins.
"Vos podés estar ahí,"
me dijo mientras veíamos el partido. Este deporte es adictivo. Mis ojos estaban pegados a la pantalla, absorbiendo cada movimiento, cada estrategia. Ese día entendí hasta dónde podía llegar si me lo proponía, recuerdo. Ese verano me lo tomé en serio.

De Representar al País a Ser un Profesional

La transición de ser "solo" un jugador de vóley playa representando a Argentina a convertirme en un atleta profesional con grandes metas fue mi mayor desafío. Me tomó años de dedicación, no solo para moldear mi juego, sino para transformar mi mentalidad. Pero el camino no estuvo exento de golpes.

Un Mensaje para mi Yo Joven

Si pudiera hablar con mi yo más joven, mi mensaje sería simple pero poderoso: Todo lo que hagas con esfuerzo, dedicación y constancia, lo podés lograr. Y aunque no lo logres, dar tu máximo absoluto te deja con pocos arrepentimientos para llevar adelante. De la ciudad futbolera de Rosario al escenario mundial del vóley playa, mi historia es un testimonio de seguir tu propio camino, incluso cuando te lleva lejos de la ruta más transitada. En un país donde el fútbol es religión, yo me animé a encontrar mi fe en la arena.